Entrevistas


Para aquellos que aún no la conocen, la autora de El novio de mi mejor amigaLlévame allí se llama Susane Colasanti, una escritora estadounidense afincada en Nueva York y autora de algunos de los títulos de literatura juvenil más vendidos de los últimos años: Waiting for You, Take Me There, Something Like Fate, When It HappensSo Much Closer y Keep Holding On. 




Entrevista a Susane Colasanti sobre su último libro Keep Holding On
Originalmente publicado en Publishers Weekly, el 24 de mayo de 2012 http://bit.ly/Km2hwQ

En Keep Holding On, la última novela juvenil de Susane Colasanti, Noelle, la protagonista, es una adolescente ignorada en casa en casa y marginada en el instituto. Noelle tiene que soportar muchos abusos —incluyendo que sus compañeros de clase se burlen de ella por ser pobre— antes de encontrar la fuerza para «empezar a darle a mi vida la forma que quiero que tenga». En esta novela, Colasanti habla de sus propios y dramáticos años de adolescencia, de cómo tratan sus libros el tema del acoso escolar y de lo que hace como autora para dar apoyo a los adolescentes.

¿En qué se parece tu historia a la de Noelle?

Muchas de las cosas que pasan en el libro me sucedieron a mí. Sufrí acoso escolar en el colegio y el instituto. Soy hija de madre soltera y vivíamos de subsidios sociales. Sé lo que es sentarse al lado de alguien y que te mire como diciéndote: «Ni siquiera te mereces estar aquí».

Eran los 80, y todo el mundo llevaba vaqueros de diseño y carísimas sudaderas de la marca Esprit. Yo llevé la misma camiseta comprada en un supermercado y el mismo jersey durante cuatro años. Recuerdo que había chicas que se reían de mí y decían: «¿Pero qué lleva puesto? ¿De dónde lo habrá sacado?». Ir al instituto me daba una vergüenza infinita a todos los niveles.

Debido a mi propia experiencia en casa y en el instituto, supe lo que quería hacer con mi vida a los doce años: quería ser profesora y ayudar a mis alumnos, sobre todo a los que estuvieran pasando por una mala racha. Dejé de enseñar hace cinco años para dedicarme a la escritura a tiempo completo, pero incluso ahora siento que ese objetivo sigue vigente: me encantaba enseñar, pero ahora puedo llegar a muchos más alumnos, mis lectores.

¿Qué te parece el hecho de que esté empezando a aumentar la conciencia social sobre el acoso escolar?

El acoso escolar no es un tema nuevo, pero ha empezado a suscitar atención mediática los últimos años a raíz de casos de suicido de adolescentes víctimas de este fenómeno. Es una situación grotesca y devastadora. Tenemos que empezar a reconsiderar la cultura en la que vivimos. Es terrible que en el instituto se atormente y se maltrate a algunos chicos hasta el extremo de que tengan miedo de ir a clase.

Para evitar estas situaciones, han surgido muchas iniciativas, como el proyecto de It Gets Better (una iniciativa global para prevenir el suicidio entre adolescentes homosexuales) y la fundación Born This Way, patrocinada por Lady Gaga. Este tipo de organizaciones están empezando a unirse para poner las cartas sobre la mesa. No luchan solo contra el acoso escolar, sino por crear un clima de aceptación y tolerancia.


Cuando Lady Gaga creó la fundación Born This Way, uno de sus ideales era que había que animar a los jóvenes a defender su manera de ser y promover el cambio. Y para eso hace falta mucho valor, porque es algo que da mucho miedo. Pero creo que Lady Gaga tiene razón: si suficientes adolescentes encuentran la fuerza y el valor para expresar lo que piensan, ser escuchados y ayudar a otra gente de su entorno que lo esté pasando mal, ahí es donde podrá darse el cambio.

¿Cómo crees que puede ayudar tu libro a este propósito?

El principal motivo por el que escribí Keep Holding On fue intentar ayudar a los lectores adolescentes a sentirse menos solos. Quería ayudar a aquellos que estén pasando por lo mismo que le pasa a Noelle, por lo mismo que pasé yo.

Los años del colegio y el instituto fueron los peores de mi vida. Había días que la situación era tan insoportable que me quedaba mirando el reloj y contaba los segundos que quedaban para que terminara el minuto. Lo mismo hacía con el minuto siguiente. «Vale, ya ha pasado una hora. ¿Cómo voy a conseguir soportar esto hasta la próxima?».

Recordar lo insoportable que era y lo lentamente que pasaba el tiempo me sirvieron de inspiración para este libro. Con él pretendo ayudar a los lectores a entender que si consiguen seguir aguantando, aferrándose a la esperanza —sea cual sea el resquicio de esperanza que tengan—, sus vidas mejorarán.

Y lo más importante de todo, espero que este libro inspire a los lectores a hacer examen de conciencia y preguntarse: «¿Qué está en mis manos cambiar? ¿Qué paso puedo dar ahora para mejorar mi vida?».

¿Y cómo se compagina ese objetivo con el taller «Tu vida ideal», que tú misma has inventado?

Mediada la veintena, descubrí un libro llamado Visualización Creativa. Y, desde entonces, es una técnica que aplico todos los días. Es una parte muy importante de mi vida. El año pasado, durante la gira de So Much Closer, pensé: «¿Qué podría hacer en los colegios, conferencias y festivales para que la gente empiece a creer que cualquiera puede alcanzar su vida ideal?». Empecé a organizar unos talleres el año pasado, por mayo, en los que explicaba mis propias técnicas. Es mi método para transmitir un mensaje claro: hay cosas que puedes hacer ahora mismo para mejorar tu vida.

En el taller, hablo un poco sobre mis orígenes y explico que, aunque mis años de adolescencia fueron horribles, nunca se me olvidó en qué quería que se convirtiera mi vida. Hay una parte del taller en la que todo el mundo escribe las tres cosas que más desean que sucedan, ya sea en su presente o en su futuro. Pueden estar relacionadas con el instituto, con relaciones amorosas, de amistad, con la carrera profesional, con la vida familiar… con cualquier cosa. De esta lista, los estudiantes tienen que identificar cuál es su objetivo principal. En ese momento, yo pregunto: «¿Qué tres cosas podrías hacer a diario para alcanzar tu objetivo?». Si se puede hacer aunque sea tan solo una cosa de esa lista cada día, se está cambiando inmediatamente la vida a mejor al tiempo que se dan pequeños pasos hacia el ideal personal de cada uno. En ese momento, se puede dar un salto al siguiente nivel, que consiste en hacer una especie de «mapa del tesoro»: recortar fotos de revistas o dibujar imágenes para representar visualmente el objetivo en cuestión. Durante el taller, muestro ejemplos de mi propio cuaderno de recortes.

El objetivo de todo esto es recordar cada día, aunque sea escribiéndolo en un post-it y pegándolo al ordenador, que ese es el propósito por el que te levantas por la mañana, que hay un motivo para seguir aguantando.

Y, con las presentaciones del nuevo libro, ¿el taller sufrirá algún cambio?

El taller es bastante flexible y puedo modificarlo para que trate más el aspecto del acoso escolar, en el que se centra Keep Holding On. Hay una parte del taller en la que hablo de que no solo hay que tratar de conseguir la mejor vida posible para uno mismo, sino que hay que intentar llegar a los demás y ayudarlos. Puedo ampliar esta parte para hablar de la necesidad de plantarle cara a la gente que se dedica a atormentar a los demás.

De lo que hay que concienciarse con el acoso escolar es de que, efectivamente, la cultura tiene que cambiar. Y los adolescentes tienen la capacidad de hacerlo. No va a pasar de la mañana a la noche, pero es un cambio para el que me gustaría empezar a motivarlos desde ya mismo.


Entrevista a Susane Colasanti sobre su libro Llévame allí: 

Ediciones del Laberinto: Susane, hemos disfrutado mucho leyendo Llévame allí. A pesar de que los protagonistas son adolescentes, el argumento de la novela es tan universal que lectores de todas las edades pueden disfrutar de esta historia e identificarse con ella. ¿Estás de acuerdo con nosotros o te centras en un público juvenil cuando escribes?

Susane Colasanti: Cuando escribo, siempre lo hago pensando en lectores adolescentes. Mi objetivo es conseguir que se sientan menos solos. Y creo que lo consigo, porque el público adolescente se identifica con mis historias hasta tal punto que, en ocasiones, mis libros los ayudan a resolver problemas similares a los que describo. Dicho lo cual, he de admitir que muchos lectores adultos me han confesado que se sienten identificados con mis novelas y creo que eso es algo maravilloso. Lo cierto es que cuando empecé a escribir nunca pensé que tantos adultos se interesarían por mi escritura. Fue una grata sorpresa. Cuando un adulto me pide que le recomiende uno de mis libros, siempre aconsejo Llévame allí, pues creo que, de mis novelas, es la que más potencial tiene de traspasar fronteras de edad.

E. L.: Hablando de público… Estamos seguros de que la mayoría de tus lectores son chicas, pero lo cierto es que, en tus novelas, demuestras tener un gran conocimiento del comportamiento masculino. ¿Te leen muchos chicos? ¿Cómo trabajas en la creación de los personajes masculinos de tus libros?

Susane Colasanti: La verdad es que algunos de mis lectores más fieles son chicos. Ese ha sido un descubrimiento increíble. Siempre intento que en mis historias haya puntos de vista masculinos y femeninos, y creo que principalmente When It Happens y Llévame allí pueden resultar historias atractivas para el público masculino. Me gusta crear personajes masculinos sensibles, introspectivos e inteligentes, y pienso que la mayoría de mis lectores comparten estos atributos con mis protagonistas masculinos. Tengo la tendencia a crear personajes que me hubiera gustado conocer cuando era adolescente, quizá sea acertado decir que el proceso es un intento de satisfacer un deseo nostálgico. Algunos de mis protagonistas masculinos están basados en chicos que he conocido (como Tobey de When It Happens) y otros surgieron de la nada (como Danny de Llévame allí). Danny es uno de mis personajes favoritos: me encanta la seguridad que tiene en sí mismo y lo claros que tiene sus objetivos. Es un personaje tan fantástico que lo he recuperado para que haga un cameo en mi último libro, So Much Closer.

Cuando yo era adolescente y leía las poquísimas novelas que su publicaban para gente de mi edad, la verdad es que molestaba que las historias estuvieran casi siempre contadas desde una perspectiva femenina. Aquellos libros me decepcionaban, porque siempre me quedaban sin contestar dudas sobre el protagonista masculino. ¿Qué pensaba? ¿Le gustaba realmente la chica? ¿Hablaba de ella con sus amigos? ¿Qué aspecto tenía su habitación? Por eso me prometí a mí misma que, si alguna vez escribía un libro, la historia estaría contada desde ambas perspectivas.

E. L.: Nos gustaría saber cómo te inspiraste para escribir esta historia. ¿Cuáles son tus autores de referencia? ¿Consideras que tu estilo es similar al de algún otro escritor?

Susane Colasanti: Lo que me llevó a escribir Llévame allí fue el profundo amor que siento por Nueva York. Es una ciudad con una energía increíblemente especial y lo cierto es que me apetecía compartir esa sensación con mis lectores. La dinámica de la relación entre James y Rhiannon se me reveló en sueños. Definitivamente, la inspiración de todos mis libros proviene de algún sueño. Y, por supuesto, mi estilo está muy influenciado por autores a los que admiro: Laurie Halse Anderson, Blake Nelson y David Levithan son algunos de mis autores favoritos de literatura juvenil. Aunque mi estilo nunca alcanzará la brillantez del suyo, tenemos en común la tendencia a escribir largos diálogos y pocas descripciones. Mis ídolos de adolescencia eran S. E. Hinton, Sandra Scoppettone y Judy Blume, y ya entonces soñaba con escribir libros que engancharan tanto como los suyos. Y aún sigue siendo mi objetivo.

E. L.: Es evidente que la mayoría de los personajes y situaciones del libro han sido inspirados por tu experiencia como profesora pero, ¿hay algún personaje que haya surgido por tu experiencia como adolescente?

Susane Colasanti: ¡Estáis en lo cierto! Escribí Llévame allí cuando aún era profesora. Algunas de las escenas están inspiradas en situaciones reales a las que me enfrenté durante mis clases. Recuerdo días en los que me iba corriendo a casa porque no podía esperar a recrear una escena basada en alguna anécdota divertida que hubiera sucedido en el instituto. El espionaje también me ayudó bastante: algunas conversaciones que escuché (de acuerdo, lo admito, conversaciones que espié) dieron lugar a algunos de los mejores diálogos. También me basé en estudiantes de carne y hueso para crear algún personaje. Por aquella época estaba muy centrada en la enseñanza, tanto que no creo que pensara en mis compañeros de clase a la hora de escribir: tenía experiencias frescas cada día.

E. L.: Algunos de los temas que se tratan en Llévame allí son un tanto espinosos, como las situaciones a las que Nicole y Sheila tienen que enfrentarse. ¿Crees que tus libros pueden ayudar a gente que esté pasando por la misma situación? ¿Crees que la literatura puede tener un poder terapéutico?

Susane Colasanti: Cuando escribí Llévame allí, lo que pretendía era crear una historia con la que los lectores pudieran sentirse identificados. Quería que mi historia llegara a lectores que estuvieran experimentando el mismo tipo de situaciones que describía. Algunos lectores me han escrito e-mails confesándome que el libro los había ayudado a superar problemas similares. Personalmente, los libros me ayudaron a lidiar con mis problemas cuando era adolescente. El poder curativo, reparador y motivador de los libros que leía fue lo que me impulsó a lanzarme a escribir yo misma. Los dos últimos años de instituto fueron la peor etapa de mi vida. En aquella época, leer me hacía sentirme menos sola. La lectura me ayudaba a evadirme, era lo que me impulsaba a salir de la cama por las mañanas. Durante aquellos dos años, lo único que quería era volver a casa, tumbarme en la cama y sumergirme en la lectura del libro de turno. Si mis libros ayudan a mi lectores tanto como me ayudaron a mí mis lecturas de adolescente, mi objetivo está cumplido.

E. L: La relación que guardan los personajes de Llévame allí con su instituto es complicada, da la sensación de que el sistema educativo los defrauda continuamente. ¿Sigues dando clase? ¿Cuál ha sido tu experiencia con el sistema educativo? ¿Cómo mejorarías dicho sistema?

Susane Colasanti: Dejé de dar clase hace cuatro años. Me encantaba la enseñanza y adoraba a mis alumnos, pero ser profesora y escritora al mismo tiempo era agotador. Cuando se me presentó la oportunidad de dedicarme a la escritura a tiempo completo, no lo dudé ni un segundo, pero lo cierto es que nuestro sistema educativo necesita mejoras urgentes y ese es un tema en el que pienso constantemente.

La escuela pública en Estados Unidos tiene muchísimas deficiencias: los recursos insuficientes, el recorte de presupuestos y las clases abarrotadas son solo algunos de los graves problemas que afectan al sistema. Evidentemente, todo está relacionado: nuestra sociedad no le da a la educación la importancia que debería. Actualmente, parece que no es «guay» valorar la excelencia académica. Esto repercute en los estudiantes y hace que, a la mayoría, el instituto les resulte aburrido. Los adolescentes no muestran interés por las asignaturas que ofrece el sistema y se abruman rápidamente con los trabajos académicos. Yo trataría de motivarlos modificando el currículum académico, incluyendo asignaturas que sintieran más cercanas a su realidad cotidiana. Les daría la posibilidad de que eligieran sus propias lecturas en clase de Literatura, libros por los que realmente muestren interés y que les inculquen de por vida el placer de la lectura. Tengo entendido que este método ya se aplica en algunas clases de Literatura y la verdad es que me parece fantástico.

E. L.: En Llévame allí hay una relación profesor-alumno que se sale un poco de las normas. Todo el mundo se ha sentido alguna vez atraído por el profesor «guay» del instituto, pero nos gustaría saber qué opinas de este tipo de relaciones habiendo vivido al otro lado de la barrera. ¿Algún estudiante se ha enamorado alguna vez de ti? ¿Cómo reaccionarías en ese caso?

Susane Colasanti: Efectivamente, he tenido algunos estudiantes que se han enamorado de mí pero, en cuanto me percataba de lo que pasaba, limitaba el contacto con ellos. Por supuesto que también me he sentido atraída por algún profesor. Recuerdo que sacaba conclusiones de ciertos comportamientos que eran solo fruto de mi imaginación. Mi experiencia como estudiante «enamorada» me ha ayudado mucho a lidiar con este tipo de situaciones.

E. L.: Para terminar con el tema del instituto, cuando dabas clase ¿leían tus alumnos los libros que escribías? ¿Te daban su opinión? ¿Eran lectores fáciles de satisfacer o eran críticos despiadados?

Susane Colasanti: Mi primer libro se publicó cuando aún daba clase. Mis alumnos estaban al corriente (la verdad es que yo no hablaba de otra cosa) y se emocionaron mucho por la presentación. Algunos incluso compraron el libro el mismo día que se puso a la venta. Al día siguiente de la publicación, una de mis clases tenía un examen. Una alumna me entregó el examen y, acto seguido, sacó mi libro de la mochila y se puso a leerlo. ¡Fue alucinante! Estuve dando clase un año más. Durante ese año muchas alumnas del instituto leyeron el libro y me dijeron que les había gustado, también tuve opiniones de algunos chicos. Sigo en contacto con mis ex alumnos a través de Facebook y en sus actualizaciones veo que han hecho un comentario acerca de mi última novela o que cuelgan fotos de mis libros en las librerías. Algunos alumnos incluso me han confesado que el primer libro que se han leído entero ha sido el mío. Me rompe el corazón que algunos adolescentes detesten tanto leer. Por eso, cada vez que escucho que uno de mis libros ha inspirado amor por la lectura en un adolescente al que no le gustaba leer, me siento realmente realizada.

E. L: ¿Tienes una relación cercana con tus lectores? ¿Mantienes correspondencia electrónica con ellos? ¿Haces caso de sus consejos y sugerencias?

Susane Colasanti: La verdad es que me siento muy afortunada por ser escritora en la era de Internet. Antes era imposible saber si los escritores que te gustaban estaban escribiendo un nuevo libro o seguir sus vidas de cerca. Cuando nadie tenía correo electrónico, solía escribir cartas a los escritores que me gustaban. Para mí significaba muchísimo cuando me respondían: tanto que aún conservo las cartas y las postales. Ahora que todos estamos conectados a la Red, es muchísimo más fácil estar en contacto con mis lectores y la verdad es que me encanta. Disfruto leyendo sus cartas y también disfruto contestándolas. Siempre respondo sus e-mails y los mantengo informados en el blog y en Facebook y Twitter. Estar en contacto con ellos es muy importante para mí, por ello me reservo siempre un rato al día para contestar correos. Y sí, me tomo sus consideraciones muy en serio. Muchos lectores me han escrito pidiendo una secuela de When It Happens. Lo cierto es que no lo había considerado pero, al ver que hay tanta gente que lo espera, es una posibilidad que no descarto en el futuro.

E. L.: ¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser escritora? ¿Qué le aconsejarías a alguien que empieza a escribir y que quiere llegar a ser escritor algún día?

Susane Colasanti: Con doce años decidí que quería ser profesora de Ciencias. Con dieciséis empecé a considerar la idea de escribir una novela para adolescentes pero.. ya había decidido que quería ser profesora. Por aquella época no concebía que se pudieran ser dos cosas a la vez. Mi primer libro está inspirado por mi experiencia personal durante el último año de instituto. Aquella historia me quemaba por dentro durante la Universidad. Empecé a escribir el primer borrador de When It Happens cuando estaba doctorándome. Sentía que era una historia que merecía ser contada. Y… tenía el pálpito de que el libro sería publicado. Por fin, diez años después, efectivamente se publicó.

El consejo que daría a los aspirantes a escritores es que lean. Que lean constantemente, que lean cosas que les gusten. Cuanto más lean, mejor escribirán. Que escriban sobre cosas que les hagan sentir vivos. Si escribes sobre algo que te apasiona, los lectores lo perciben rápidamente y se apasionan a su vez por tu trabajo.

E. L.: ¿Te gustaría que Llévame allí (o cualquiera de tus otros libros) se llevara a la gran pantalla? ¿Has recibido alguna propuesta cinematográfica?

Susane Colasanti: Que adapten una de mis obras para hacer una película es uno de mis sueños. Creo que Llévame allí sería una película buenísima, una especie de versión adolescente de Viviendo sin límites. Mientras estaba escribiendo When It Happens, visualizaba cada escena como si fuera el fotograma de una película. Muchos lectores me han dicho que, mientras leían el libro, la historia sucedía en su cabeza como una película. Mi agente está intentando vender los derechos de mis libros para que den el salto a la gran pantalla, pero la respuesta que obtenemos es que la industria cinematográfica está interesada únicamente en ciertos conceptos: si el libro no tiene vampiros, muerte o magia, es bastante improbable que se convierta en película. Lo cierto es que es frustrante. Sé de buena tinta que los adolescente quieren ver películas realistas, profundas, auténticas, historias que les lleguen al alma. Desgraciadamente, la industria cinematográfica hace caso omiso de esta necesidad. Mi lema vital es «Apunta alto». Sé que algún día mis historias llegarán al cine. No pierdo la esperanza.

E. L.: Queremos darte las gracias por el tiempo que nos has dedicado, Susane. Estamos seguros de que con esta publicación muchos lectores de España y Latinoamérica pasarán a engrosar tu lista de seguidores. Esperamos que esta sea la primera de muchas novelas en nuestro idioma.

Susane Colasanti: Estoy emocionadísima con la publicación de esta edición en español. Os agradezco que me hayáis dado la oportunidad de conectar con mis lectores hispanoparlantes y yo también espero que esta sea la primera de muchas publicaciones en este idioma. ¡Gracias, gracias, gracias!